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La tecnología LED ha dejado de ser exclusiva de la iluminación y ha conquistado el mundo de la estética. En la actualidad, es común ver máscaras LED, dispositivos de luz roja o azul y tratamientos faciales que prometen rejuvenecer, curar el acné y revitalizar la piel. Pero ¿realmente funcionan los tratamientos con LED? ¿Qué beneficios ofrecen? ¿Existen riesgos?
En este artículo, te explicamos qué es la terapia LED, cómo actúa sobre la piel, qué tipos de luz existen, sus beneficios, contraindicaciones y qué puedes esperar antes de probarla. Prepárate para descubrir la verdad sobre el uso del LED en los tratamientos de la piel.
La terapia con luz LED (Light Emitting Diode) es un tratamiento no invasivo que utiliza diferentes longitudes de onda de luz visible para penetrar en la piel y activar procesos naturales de regeneración. A diferencia de otras fuentes de luz como el láser, el LED no genera calor ni causa daños en los tejidos, lo que la hace completamente segura y sin tiempo de recuperación.
Este tipo de terapia se basa en la fotobiomodulación: las células de la piel absorben la energía de la luz y responden según su color (longitud de onda), lo que estimula la producción de colágeno, reduce la inflamación o combate bacterias, dependiendo del tipo de luz empleada.
Cada color de luz LED tiene una longitud de onda específica y actúa en diferentes capas de la piel:
● Luz roja (620–750 nm): Penetra profundamente y estimula la producción de colágeno y elastina. Ayuda a reducir arrugas y mejorar la firmeza.
● Luz azul (450–495 nm): Llega a la capa más superficial. Mata las bacterias causantes del acné y reduce la inflamación.
● Luz verde (495–570 nm): Calma la piel, reduce manchas y mejora la uniformidad del tono.
● Luz amarilla (570–590 nm): Mejora la circulación y reduce el enrojecimiento.
● Luz púrpura, blanca o combinaciones: Suelen mezclar los efectos de varias luces para tratamientos más completos.
Dependiendo del dispositivo o centro estético, los tratamientos pueden utilizar una luz en específico o una combinación según las necesidades del paciente.
La luz roja activa los fibroblastos, células encargadas de generar colágeno, lo que mejora la firmeza, elasticidad y apariencia general de la piel.
La luz azul tiene propiedades antibacterianas que combaten el Propionibacterium acnes, la bacteria que causa gran parte del acné inflamatorio. Además, regula la producción de sebo.
La luz verde puede reducir la hiperpigmentación, manchas solares y rojeces, unificando el tono y aportando luminosidad.
Gracias al estímulo de colágeno, los tratamientos regulares con luz LED pueden suavizar las arrugas finas de manera progresiva y no invasiva.
La luz amarilla tiene propiedades calmantes y antiinflamatorias, ideal para pieles sensibles, con rosácea o tras procedimientos como peelings.
Las luces cálidas activan la circulación sanguínea, lo que mejora la oxigenación y nutrición de las células de la piel.
La terapia con luz LED es adecuada para una gran variedad de personas y afecciones cutáneas. Puede ser beneficiosa para:
● Personas con acné leve a moderado
● Piel con signos de envejecimiento (arrugas, flacidez)
● Personas con piel opaca, deshidratada o con manchas
● Pieles sensibles o con tendencia a la irritación
● Aquellos que buscan mejorar el aspecto general de su piel sin procedimientos agresivos
Además, se puede usar en todos los tipos de piel y tonos, y no requiere tiempo de inactividad.
Los resultados varían según el tipo de piel y el problema a tratar. Generalmente:
● Para mejorar el acné, se recomiendan de 2 a 3 sesiones por semana durante al menos 4–6 semanas.
● Para estimular colágeno y reducir arrugas, se pueden realizar 1 a 2 sesiones semanales durante 6–8 semanas.
● Como mantenimiento, basta con una sesión mensual.
Muchas personas notan mejoras desde las primeras sesiones, pero los resultados más evidentes aparecen con el uso constante.
La terapia LED es una de las tecnologías más seguras disponibles en estética. No es invasiva, no causa dolor, y no daña la piel. Aun así, es importante tener en cuenta:
Efectos secundarios leves pueden incluir:
● Enrojecimiento temporal
● Sensación de calor leve
● Hipersensibilidad si se usa en exceso
Contraindicaciones:
● Embarazo (aunque no se han reportado daños, se recomienda evitarlo)
● Epilepsia fotosensible
● Uso de medicamentos fotosensibles
● Cáncer de piel o enfermedades dermatológicas activas
Siempre consulta con un profesional antes de iniciar cualquier tratamiento, especialmente si usas productos activos como retinoides.
Sí. Hoy en día existen máscaras faciales LED, dispositivos de mano o paneles LED diseñados para el uso doméstico. Aunque no son tan potentes como los de uso profesional, pueden ser eficaces si se usan con constancia y siguiendo las instrucciones.
Consejos para usar LED en casa:
● Usa el color adecuado según tu objetivo (rojo para antiedad, azul para acné, etc.)
● Limpia bien tu piel antes de usar el dispositivo
● Evita usarlo sobre productos irritantes (ácidos, retinol)
● Usa protección solar diaria
“La luz LED quema la piel”
Falso. A diferencia del láser o la luz pulsada intensa (IPL), el LED no genera calor ni daña la epidermis.
“Solo sirve para pieles jóvenes”
También es útil en pieles maduras, ya que ayuda a estimular el colágeno, reducir la flacidez y mejorar la textura.
“Solo se usa para acné”
Aunque la luz azul es excelente para el acné, otros colores como el rojo y el verde ofrecen múltiples beneficios antiedad y despigmentantes.
Sí. De hecho, la luz LED es uno de los tratamientos más versátiles, y puede combinarse con:
● Limpiezas faciales profundas
● Peelings químicos suaves
● Microneedling
● Tratamientos de hidratación o mesoterapia
El LED potencia los efectos regenerativos y ayuda a calmar la piel tras tratamientos más intensos.
La terapia con luz LED ha revolucionado el cuidado de la piel al ofrecer una solución no invasiva, segura y efectiva para tratar múltiples problemas cutáneos. Desde combatir el acné hasta reducir arrugas, unificar el tono y mejorar la textura, el LED se adapta a casi cualquier necesidad estética.
Lo más importante es usar el color adecuado para cada caso, ser constante con el tratamiento y, si es posible, recibir orientación profesional. Ya sea en casa o en una clínica, el uso de LED es una herramienta poderosa para mejorar la salud y apariencia de tu piel de manera natural y sin riesgos.
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